miércoles, 16 de octubre de 2013
miércoles, 2 de octubre de 2013
RIESGOS AMBIENTALES
Si observás
por televisión imágenes de un terremoto o una inundación, seguramente pensarás
que se trata de un desastre natural,
un evento extraordinario de la naturaleza. Si bien esos fenómenos corresponden
el funcionamiento habitual de la naturaleza, resultan catastróficos cuando
afectan a la sociedad. Consideramos, por ejemplo, que una sequía es un desastre
natural cuando se mueren los animales que se crían en el lugar afectado por
falta de agua, o cuando sus habitantes sufren deshidratación por ese fenómeno,
pero nada decimos si la zona está desvalorizada. Es por eso que los desastres son sociales, aun cuando el evento que se origine sea natural. Para
reducir las consecuencias que esos fenómenos tienen sobre la sociedad se debe
conocer cuál es el riesgo, es decir,
la probabilidad de que ocurra el evento que puede afectar la vida y los bienes
de las personas, y diseñar estrategias para prevenir sus efectos.
El oeste de
nuestro país, por ejemplo, es un área montañosa que presenta una alta probabilidad
de que ocurran sismos; las provincias de San Juan y Mendoza sufren un gran
riesgo sísmico, por lo que la ocupación humana de ésas áreas debe incorporar
esa dinámica natural. En las últimas décadas, los gobiernos cuyanos tomaron
medidas para reducir la vulnerabilidad sísmica de los habitantes de esas
provincias. Una de ellas es la obligación de utilizar técnicas antisísmicas en
la construcción de edificios; sin embargo, este tipo de técnicas tiene un
elevado costo.
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